PEDERNALES. Impacientes y cansados pero aún con esperanza, familiares de desaparecidos acompañan las tareas de rescate tras el potente terremoto de la costa de Ecuador que hasta el momento deja 413 muertos y más de 2.000 heridos.
Pese a que la cifra de fallecidos aumentó de 350 a 413 este lunes, según informó el ministerio Coordinador de Seguridad, los familiares y socorristas escarban los escombros buscado sobrevivientes del sismo de 7,8 grados.
“No se han comunicado y tenemos la seguridad de que ellos están aquí porque el auto está atrás, en el parqueadero” de lo que fue el hotel Royal, dijo a la AFP Laura Taco, quien mantiene la mirada fija en los trabajos de búsqueda y rescate.
En el hotel estaban alojadas cuatro personas, incluidas una sobrina y una cuñada, a las que ya ha buscado en una morgue improvisada y albergues.
Las historias de rescates exitosos 48 horas después del sismo y el trabajo sin descanso de bomberos, policías, militares y perros amaestrados, mantienen viva la esperanza de quienes buscan a sus seres queridos.
Este lunes “en horas de la tarde en la ciudad de Portoviejo una persona fue rescatada con vida bajo los escombros donde funcionaba el Hotel ‘El Gato’, esto se logró gracias al trabajo conjunto de rescatistas de Cuenca (sur andino de Ecuador) y Bogotá”, señaló el ministerio Coordinador de Seguridad.
En zonas afectadas de Portoviejo, Manta, Pedernales y Jama (en la provincia de Manabí) trabajan 409 especialistas en búsqueda y rescate de Venezuela, Colombia, Chile, Perú, El Salvador, Cuba y México, y 609 bomberos ecuatorianos, según las autoridades.
El sismo, considerado el peor en Ecuador en 40 años, devastó de sur a norte la costa del país, dejando bloques de piedra y hierro retorcido en zonas de alta concurrencia de turistas.
En un recorrido por Pedernales, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió que la reconstrucción de esa zona llevará años y “costará centenas, probablemente miles de millones de dólares”.
Una lección dolorosa
El terremoto, el más fuerte en el país desde 1979 y que fue sentido también en Colombia y Perú, ocurrió sobre las 19H00 (00H00 GMT) del sábado. En un minuto de duración, el movimiento de 7,8 grados devastó sobre todo a seis provincias de la costa ecuatoriana.
El número de réplicas del sismo “tiende a disminuir aunque todavía se no se puede descartar que se presenten sismos con magnitudes mayores a 5,0”, reportó el Instituto Geofísico en un informe especial.
Y agregó que “se espera que el tiempo de ocurrencia de réplicas dure por algunos días y semanas”.
El mandatario ecuatoriano pidió al país sacar lecciones de lo ocurrido, tras visitar zonas afectadas.
“De esta dolorosísima experiencia, ojalá saquemos lecciones para el futuro. Después del terremoto de Haití, se empezaron a estudiar normas de construcción mucho más fuertes, que se aplican ya en 2014, pero antes de eso realmente había construcciones tremendamente precarias y por eso tal vez los daños son mayores”, dijo Correa.
Asimismo, el presidente instó a los ecuatorianos a a ser “más estrictos en las normas de construcción”.
“Muchos edificios se derrumban por mala construcción. Nadie quiere eludir responsabilidades, pero esa responsabilidad es sobre todo de los gobiernos locales”, dijo Correa.
El ministro Coordinador de Seguridad, César Navas, dijo en declaraciones a la cadena Teleamazonas que “tenemos las líneas de financiamiento respectivas del Banco Mundial, del BID y demás. Son aproximadamente 600 millones de dólares que existen para poder enfrentar esta situación tan dura para nuestro país”.
La ayuda también llega desde otras ciudades de Ecuador, donde voluntarios y organismos de rescate recolectan y clasifican ropa, alimentos, medicinas y agua para enviarlos a los afectados.