Por. Rubén Moreta
En la política, a menos que no se laceren principios, la lógica es sumar, es decir, adicionar aliados para traducirlos en votos. Pero extrañamente, el gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no aplica este modelo, sino todo lo contrario: la resta, a juzgar por su distanciamiento de viejos coligados, sin chistar ni mistar.
Quedó demostrado este nuevo esquema de procedimiento peledeista tras el rompimiento con aliados tradicionales como la Fuerza Nacional Progresista (FNP), el Partido Quisqueyano Social Demócrata (PQDC), el Partido de la Unidad Nacional (PUN) y más recientemente, con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
A todos esos partidos aliados el grupo hegemónico del PLD en la actualidad no hizo mientes en mandarlos a “freír tusas”.
En algunos casos, el cisma se celebró con marcada descortesía y humillación. Por ejemplo, el rompimiento con la familia Castillo y la FNP, el más antiguo socio político del gobernante partido morado, solo faltó que por su adiós repicaran en Palacio los tambores y cornetas de la Banda de Música y se lanzara una salva de veintiún cañonazos.
El aliado que catapultó a la mansión presidencial al PLD en 1996, fue el PRSC, del doctor Joaquín Balaguer. En el año 2000, por deslealtad e incumplimiento en el pacto, los coloraos abandonaron a los morados, se aliaron al PRD-Hipólito Mejía y los peledeistas fueron desalojados de la casona de la calle doctor Delgado.
Ahora los reformistas se coligan con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), estando las elecciones al doblar la esquina, cediendo su codiciable casilla tres de la papeleta electoral.
Quizás, el entorno del Presidente no ha olvidado ni perdona, que los reformistas le dieron la espalda al hoy mandatario en el 2000 y por eso se hizo tan escaso esfuerzo en retener ese partido conservador. ¿Rencor y pura venganza?.
¿O podría ser por borrachera o triunfalismo, ya que como las encuestas les dan tan alto posicionamiento a los morados, estos entiendan que están sobrados en flow, perdón, en votos y no necesiten de ningún aliado?.
El autor es periodista y Profesor UASD.