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hombre de casi 500 libras pide ayuda para no morir

SANTO DOMINGO. La última vez que Sebastián Báez salió a la calle fue hace unos tres meses cuando los paramédicos del Sistema de Emergencias 911, acudieron al llamado urgente de sus vecinos. Un paro cardíaco amenazaba su vida y su peso, 470 libras, hacía casi imposible moverlo. Para sacarlo, cuentan los vecinos, el equipo médico tuvo que solicitar refuerzos y con el apoyo de los bomberos, romper la puerta principal para subirlo a la ambulancia.
Antes del incidente, narra Sebastián, habían pasado nueve meses desde que salió de su habitación en Los Guandules, y casi dos años sin caminar. Sus piernas no soportan el peso de su cuerpo y el estar acostado por tanto tiempo, le ha provocado unas dolorosas llagas en la espalda.
“No siempre fue así. Antes trabajaba como agente aduanal, tenía mi mujer y mis hijos; pero unos meses después de caer en cama, mi mujer me dejó. Quienes me cuidan son mis dos hijos más grandes”, detalla.
Sebastián pasa sus días recostado viendo una pequeña televisión. Se mantiene de unos ahorros y del dinero de un centro de internet suyo que manejaba su hijo, pero que tuvo que cerrar porque “estaba dejando pérdidas”.
Mientras hablaba, una pequeña multitud se asomaba en la ventana. Su figura y nuestra presencia daba de qué hablar. “No sé por qué él está así si casi no come”, dijo una señora. “¡¿Qué no come?! Si no comiera no estuviera así”, respondió otra.
En ese momento Sebastián baja la cabeza, avergonzado. “Yo solo quiero encontrar un médico que me ayude, que me pueda operar porque no tengo los recursos para hacerlo. Si me paro, trabajo. Tengo siete hijos y debo mantenerlos”.

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