Por: Rubén Moreta
Estados Unidos procura mantener su hegemonía mundial practicando políticas de hostigamiento económico hacia países como China, Rusia, Irán, Corea del norte, Siria, Venezuela, Cuba y Nicaragua. Igualmente, Washington en la actual Era Trump se aleja del multilateralismo al enfrentar a aliados tradicionales como La Unión Europea.
Hoy se observa la consolidación de un escenario multipolar, con actores de gran influencia a escala planetaria como China, Rusia y otros a escala regional, como Irán o Arabia Saudita en el medio Oriente.
A nivel económico, China sigue consolidándose como un jugador estelar en la economía mundial y viene ampliando su penetración en Latinoamérica, con nuevas relaciones diplomáticas a partir del 2018 en Panamá, El Salvador y la República Dominicana, donde el gigante asiático ha anunciado importantes inversiones.
La fuerza de China no solo se evidencia en el comercio y las finanzas internacionales, sino que ya exhibe progresos importantes en desarrollo tecnológico y la carrera espacial.
Rusia, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, está logrando un reposicionamiento geopolítico, a partir de su recuperación económica y de un progreso tecnológico notable.
El papel jugado por Moscú en la guerra en Siria y la expulsión de Isis, con una relevante eficacia y eficiencia, es la evidencia de nuevo aire de esta potencia. De igual forma, Rusia mantiene una relación muy estrecha con China que llevaron a firmar acuerdos por más de cien mil millones de dólares en septiembre del 2017. Algo no oculto es que existe el interés de ambas naciones por destronar el dólar como moneda de intercambio mundial, por lo que China procura fortalecer el yuan y Rusia el rubro.
En resumen, Estados Unidos no está solo pautando las directrices geopolíticas. Un nuevo orden mundial multipolar sigue en proceso de afianzamiento.
El autor es Profesor UASD.