Me cuentan que hay un dirigente magisterial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), usualmente estridente y combativo que hoy, después del triunfo electoral, en apariencia dizque bajó tres de cuatro rayas en intensidad.
Pero mentira, es un allende, perdón un allante. Me dice un chusco que el compañero está actuando como el célebre roedor, mordiendo y soplando para no hacer ruidos.
Dicho educador podría dejar muy lejos oliendo donde guisan a los que aspiran a la Dirección Regional de Educación, porque una cosa -que nadie sabía- es que el hombre tiene un amarre directo con el nuevo Ministro de Educación Roberto Furcal, que vienen juntos desde la famosa Confluencia, la corriente aquella que creó el designado ministro tras su salida del PCT-MIUCA, llevándose la mayoría de las bases y cuadros de la corriente Juan Pablo Duarte.
Su poder es tal, que calladito, el hombre en cuestión convocó una asamblea con los cuadros de la corriente José Francisco Peña Gómez para distribuirse los cargos del sector educativo. Esa corriente entiende que su cuota de poder en el nuevo gobierno es la Dirección Regional de Educación. Al efecto, distribuyeron ya todos los cargos con nombres y apellidos. Viene una tierra arrasada.
Lo que olvidaron los “camaradas” cristianos es que querer servirse con un cucharón los cargos de la Dirección Regional de Educación y de los Distritos Educativos o de cualquier otra dependencia, es una franca violación al Reglamento Orgánico-Funcional, evacuado por el Consejo de Transmisión de Mando Presidencial y la Comisión Nacional de Evaluación de Personal, que manda a constituir en su artículo IV, las Comisiones Provinciales de Evaluación (CPE), y que en la parte número 4.3 le asigna las tareas a ese órgano de hacer el inventario de puestos y las recomendaciones pertinentes, no a una corriente magisterial.
¿El loco está suelto en el sector educativo perremeista?
¿Terminará la cosa como una fiesta de monos, a rabazo limpio?
El autor es Periodista.