Puerto Plata. En la comunidad la Escalera del municipio de Altamira, los estudiantes deben hacer maniobras para llegar al centro educativo, debido a las condiciones de la carretera.
Con la sequía, los alumnos deben tragarse el polvo, pero cuando llueve, los más grandes tienen que cargar a los más pequeños para evitar llegar con los uniformes enlodados.
Con la sequía, los alumnos deben tragarse el polvo, pero cuando llueve, los más grandes tienen que cargar a los más pequeños para evitar llegar con los uniformes enlodados.
La asociación de madres y amigos de escuela califican de calamitosa la situación que sufren a diario decenas de estudiantes en La Escalera, mientras llevan años a la espera de que llegue el asfalto de la vía.
Carlos Santos, residente en la zona, dice que los niños atraviesan una verdadera odisea para desplazarse desde sus hogares hasta la escuela.
Se quejan de que tanto el gobierno central, como el alcalde de Altamira, Figencio Colón, se olvidaron de la comunidad tan pronto concluyó la campaña electoral del 2016.
“Desde hace años, estamos reclamando que nuestras calles sean reconstruidas y asfaltadas, pero ningún gobierno se digna en hacernos caso”, apunta Santos.
En ocasiones, cuando la lluvia es muy intensa, ni siquiera las motocicletas pueden desplazarse por la deteriorada carretera.
El pasado lunes, la Federación de Transportistas de la provincia Puerto Plata (Fetrapp), además de los comerciantes, directivos de iglesias, juntas de vecinos y clubes deportivos es en reclamo a la terminación de los trabajos de la carretera Navarrete-Puerto Plata y del puente de Los Caños.
El pasado lunes, la Federación de Transportistas de la provincia Puerto Plata (Fetrapp), además de los comerciantes, directivos de iglesias, juntas de vecinos y clubes deportivos es en reclamo a la terminación de los trabajos de la carretera Navarrete-Puerto Plata y del puente de Los Caños.
La caída de la pasarela dificulta también el paso de estudiantes. Algunos tienen que atravesar el río en motores.
Otro de los casos, es que de la comunidad El Cambiaso y Luperón, donde, una vieja enramada, levantada con palos y techada de cana y un quiosco cobijado de zinc sirven para albergar a los 200 estudiantes. Los alumnos de la escuela Nemencia Lehoux Mena reciben clases en una rancheta se encuentra totalmente deteriorada.