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Desideologización y conversión neoliberal del PLD

Por Rubén Moreta
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) reprueba con famélicas calificaciones su gestión, debido a su mutación ideológica y conversión neoliberal.  Esta organización política, que se pregonaba como de corte progresista, porque doctrinariamente asumía el paradigma marxista, ha patrocinado un gobierno de corte neoliberal. 

 Los morados vendieron –casi regalaron- empresas y servicios públicos, y han desatirculado el sector agropecuario, al promover masivas importaciones de rubros del campo. 

El PLD le adjudicó al sector privado un patrimonio público de 26 empresas, heredadas de la dictadura trujillista.  Además, concedió a aventureros diez ingenios azucareros, que nunca han puesto a producir, salvo el de Barahona, sumiendo en la miseria a cientos de miles de dominicanos que vivían de la industria de producción de azúcares.

Asimismo, el PLD obsequió al sector privado la administración de los aeropuertos, y le regaló la generación eléctrica, bajo la promesa de que se acabarían los fastidiosos cortes, lo cual ha devenido en un mayúsculo fraude en perjuicio del país, porque tenemos los mismos apagones de hacen veinte años.

Por su desideologización y conversión neoliberal, el PLD reprueba con calificaciones desconcertantes en materia de salud pública, porque entregó la seguridad social a la oligarquía financiera, quienes se sirven ganancias con cuchara grande.  Hoy tenemos un sistema sanitario caro y altamente deficiente, donde casi la mitad de la población está fuera del mismo.

En sentido general, el PLD patina en materia de solución de los servicios públicos, como agua potable, porque hoy, concluyendo las dos primeras décadas del siglo XXI, el 52% de la población dominicana no recibe líquido salutífero a través de ductos en las casas.  Asimismo, los apagones eléctricos son una constante, con cortes cada día de tres a ocho horas.
En materia educativa, la sociedad logró arrebatarles a los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana la asignación del 4% del Producto Interno Bruto.  Dichos fondos básicamente han servido para fomentar la construcción de infraestructura, sin que se puedan superar las debilidades en materia de calidad.

Hoy, frente a la división y flojedad de los partidos rivales, el principal contratiempo del gobierno de Danilo Medina, proviene de organizaciones no gubernamentales (ONG), que con un discurso crítico de las falencias, producen agitación, movilización social y ganan gran espacio en los medios de comunicación.  En ese sentido, en 2017 el país fue escenario de una activa movilización cívica bajo el nombre de Marcha Verde, que demanda poner fin a la corrupción y a la impunidad.

Los partidos de oposición no logran hacer diana al régimen violeta, que  cada día se afianza y aumenta su control y poder, con un presidente decidido a continuar al frente del mando público por un nuevo período, y para perpetuarse, pretende imponer un método de elección interno en la legislación electoral en discusión, que solo el mandante defiende (las primarias internas). 
Por la pretensión continuista, el PLD es sacudido por una gran confrontación interna, a partir de su bicefalia.  Las dos cabezas del púrpura -Danilo Medina y Leonel Fernández- no se ponen de acuerdo en torno a quien debe ser el candidato presidencial de cara a las elecciones del 2,020.  Danilo quiere seguir, a pesar de estar imposibilitado constitucionalmente y Leonel –habilitado por la carta magna- quiere retornar a la casona de la calle Doctor Delgado.
El autor es  Profesor UASD.

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