Que Julio César Guzmán sea otra vez el Presidente de la JCE quiere decir dos cosas principales: que el país sigue en la inmovilidad política, en un círculo vicioso, de lo trágico a lo cómico; que es la lógica en que las clases dominantes han logrado mantener la hegemonía.
Este hombre ya fue Presidente de la JCE. Hizo una presidencia gris, para decirlo en una forma benigna. Otra vez es escogido y con eso se da la señal clara de que la vida del país sigue en sus trece.
Hay centenares de hombres y mujeres con condiciones para ese cargo. Pero se busca a uno que ya fue. El mensaje es claro, la vida política del país ha de seguir igual.
Julio César Castaños Guzmán es un hombre genuflexo, sin carácter. Por eso también se le escoge. Jamás plantará cara a los deseos del Régimen que gobierna.
Hecho está.
Ahora solo queda el camino de la movilización popular, en oleadas, sistemática. Que disuadan al poder. A hacerle ver que la pava no puede seguir poniendo donde pone.
No hay de otra.
Hay que imponer una situación de hecho por la vía de la presión popular.
Ahora no es el derecho el que importa. Porque ese derecho no ha surgido de una manera racional, sino de la unilateralidad, del uso abusivo del poder.
El derecho racional debe ser impuesto, conquistado por los hechos de las masas racionalmente movilizadas.
Adelante!! En 1978 se pudo contra el balagueismo neotrujillista. Ahora también podremos!!