Por Roberto Paulino
El autor es Comunicador
Reside en San Juan de la Maguana
-Cualquier tipo de visa tendrá el valor que cada uno le dé, este documento le permite a las personas poder entrar en cualquier país al cual se desea viajar, ya sea por paseo, por estudio o por un contrato de trabajo.
La visa más codiciada, la que más le llama la atención a la mayoría de los dominicanos, es la que otorga La Embajada Americana, por este tipo de visa, muchos hacen hasta lo imposible por adquirirla.
Lo hacen porque son atraídos por el famoso sueño americano de ir a buscar oportunidades de riqueza y de bienestar social, aunque otros prefieren buscar eso mismo en el continente europeo donde hay países muy desarrollados económicamente.
Lo cierto es que cada vez que la embajada de los EEUU decide suspenderle o cancelarle el visado algún personaje dominicano, muchos se alegran y hasta lo celebran, y otros politizan esa situación apoyando la decisión de las autoridades diplomáticas estadounidenses.
Yo lo que entiendo es, que cuando a alguien se le pone un impedimento de entrada a cualquier país del mundo, es porque esa persona representa un grave peligro para esa nación, o es un terrorista, asesino, narcotraficante, es contrabandista, o se dedica a la trata de blanca y a la venta de órganos humanos entre otras cosas reñidas con las leyes.
¿Es Roberto Rosario un individuo capaz de hacer todo eso? Pienso que no ¿Por qué entonces se le canceló la visa americana? Aquí no se ha dicho ni la mitad del credo sobre cuáles fueron las verdaderas razones de esa cancelación.
Todo se ha dejado a la especulación y a la conjetura, sería bueno que esto se aclare, porque si es verdad lo que se dice sobre una de las mayores especulaciones que se tejen, de que todo se debió a la negativa del presidente de la JCE de dotar a miles de haitianos ilegales de sus actas de nacimientos.
Si eso es verdad, entonces estamos frente a una burda y descarada intromisión en nuestros asuntos por parte de los EEUU, que dicho sea de paso no hace lo mismo con millones de mejicanos que han cruzado la frontera que lo separa de México para instalarse en territorio yanquis.
Y lo peor del caso, es que muchos dominicanos se lanzan a condenar a Roberto Rosario apoyando esa decisión de parte del embajador gringo, con quien en el pasado ya había tenido problemas con el presidente de la JCE metiéndole presión para que dote a haitianos de actas de nacimientos.
Lo único que lamento ver a tantos dominicanos, lambiscones y adulones de las autoridades diplomáticas americana radicadas en el país, en aras de conservar unos el visado que tienen y otros obtener la visa que tanto añoran, no sé porque se arrastran tanto como si fueran serpientes besando los pies del embajador Brewster.
La dignidad de un pueblo, la soberanía, la independencia y su libertad, están por encima de millones de visas americanas que puedan tener los dominicanos, quienes quieran estar al lado de los gringos, que lo estén, pero nunca jamás deben olvidar sus orígenes de dominicanos que son.
No es desde ahora que los EEUU hacen y deshacen con estos pueblos latinos americanos que ellos bautizaron como del tercer mundo, ósea que ni a al planeta tierra pertenecemos, somos de un mundo distinto al de los yanquis, por eso nos dan ese tipo de trato al cual muchos alaban y hasta bendicen.
Y uno se pregunta ¿Por qué hay que permitirle que los EEUU se metan tanto en nuestro país, hasta el grado de controlar todas nuestras instituciones? ¿Por qué somos tan genuflexos antes estas intromisiones yanquis?
Ojala algún día, este glorioso pueblo tome conciencia, y les pueda decir, como hace más de 50 años le dijeron los cubanos a los gringos, aquí mandamos nosotros, basta ya de tantas injerencias e intromisiones en nuestros asuntos.