NUEVA YORK.
– Los más de 11 millones de indocumentados que existen en territorio norteamericano comenzarán a ser deportadas al otro día de la toma de posesión, si el candidato republicado Donald Trump gana la presidencia del país en las elecciones del ocho de noviembre.
Así lo afirmó el mismo Trump durante un discurso que pronunciara el miércoles en Phoenix, capital de Arizona, distante a 3,949 kilómetros de Nueva York.
“Desde mi primer día en la Casa Blanca ordenaré la detención inmediata de todos los inmigrantes que residen en USA sin permiso y que hayan sido arrestados por crímenes”, dijo.
“Emitiré órdenes de detención contra inmigrantes ilegales que estén arrestados e iniciaré de inmediato procesos para expulsarlos del territorio norteamericano”, agregó.
Con respecto a las personas que sean detenidas cruzando la frontera ilegalmente, Trump hizo referencia a la “Operación Espalda Mojada” de la década de 1950. “Los llevaremos a grandes distancias en lugar de enviarlos sólo al otro lado de la frontera estadounidense”.
Cientos de organizaciones a nivel nacional se oponen a las políticas de Trump.
A horas de haberse reunido con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, el candidato republicano aseguró que México pagará por el “alto y hermoso” muro que construirá en la frontera.
Justo al final de su discurso de poco más de una hora, aseguró que “quienes están aquí ilegalmente y buscan estatus legal tendrán solo una ruta: volver a casa y solicitar el reingreso bajo las reglas del nuevo sistema de inmigración legal que he descrito anteriormente”.
“Vamos a romper el ciclo de amnistía y de inmigración ilegal existente. La gente no puede escurrirse ilegalmente y que le den la ciudadanía, así no funciona”, dijo.
Sus duras declaraciones echaron por la borda cualquier cambio de tono respecto a los inmigrantes indocumentados y más bien recordó el sombrío panorama que pintó al aceptar formalmente la candidatura en la Convención Nacional Republicana en Cleveland.