– La posibilidad de un encuentro entre los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, para resolver la crisis parece hoy más lejana por la guerra verbal en la que han entrado, mientras siguen paralizados dos de los tres pasos fronterizos oficiales.
Transcurridas tres semanas desde que el presidente venezolano ordenó el cierre de la frontera entre Cúcuta y San Antonio, la más activa de los 2.219 kilómetros que une y al mismo tiempo separa a los dos países, las diferencias, lejos de disminuir, van en aumento.
“En Colombia respetamos las diferencias- las internas y también las que tenemos con otros países, con nuestros vecinos. Y así ha sido con Venezuela, a pesar de nuestras profundas diferencias en cuanto a modelo económico, en cuanto a nuestra política social, en cuanto a nuestro modelo político”, dijo hoy Santos en un discurso en el que se refirió a los puntos de discordia.
Uno de ellos es la posible mediación internacional, para la cual Santos aceptó un ofrecimiento del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, mientras que Maduro prefiere la de Argentina y Brasil, cuyos cancilleres visitaron Bogotá y Caracas la semana pasada.
“Ayer hablé con el presidente de Uruguay. Le agradecí su disposición, su buena disposición para ayudar a solucionar este conflicto, pero me comentó que el presidente Maduro no le ha pasado al teléfono desde la semana pasada. Como tampoco quiso pasarme a mí al inicio de este conflicto”, dijo.
Ninguno de los posibles mediadores se ha manifestado sobre este enredo, mientras en los pasos fronterizos cerrados miles de personas esperan algún acuerdo que les permita reanudar la libre circulación.
En lo que ha sido su más dura respuesta a Maduro desde que está en el Gobierno, Santos criticó los argumentos de su homólogo venezolano para cerrar la frontera y sacar a colombianos asentados en el fronterizo estado Táchira, que superan los 20.000 entre expulsados de Venezuela y los que han salido por su cuenta, según cifras de la ONU.
“El cierre de la frontera con Venezuela no es culpa de Colombia. Y cada día es más claro que obedece a otros intereses”, dijo Santos sobre la explicación de Maduro de que esa medida hace parte de una campaña para combatir el contrabando y a supuestos paramilitares que operan en la zona.
Santos reconoció que en la frontera hay “problemas muy serios de inseguridad, de contrabando, de mafias organizadas” que su Gobierno enfrenta, pero insistió, “esto no es un problema solo de Colombia”. “En el crimen organizado y en el contrabando, a los dos lados de la frontera, están involucrados tanto venezolanos como colombianos”, dijo el presidente.
Los comentarios de Santos fueron una respuesta a las acusaciones vertidas en los últimos días, al calor de la crisis, por Maduro y por su canciller, Delcy Rodríguez, quien arremetió en Twitter contra su homóloga colombiana, María Ángela Holguín, por la gira que hizo para denunciar ante organismos internacionales los atropellos contra sus compatriotas en la frontera.
Rodríguez acusó a Holguín de llevar “falsedades sobre la frontera con Venezuela al mejor estilo de un reality show”, y se preguntó si habló con los organismos de la ONU “sobre las fosas comunes encontradas con cientos de cadáveres descuartizados y mutilados” y “de cómo Colombia se convirtió en el primer productor de cocaína en el mundo”.
Santos aseguró que las relaciones internacionales de Colombia se mueven dentro de las coordenadas de “la diplomacia y el diálogo” aliadas a “la firmeza y la prudencia”, y en ese escenario no caben la falta de respeto, “no caben los insultos, no caben las payasadas ni las mentiras”, y subrayó que no se dejará “provocar”.
En respuesta a las declaraciones del Gobierno venezolano, que atribuye a los colombianos los problemas de desabastecimiento y de devaluación del bolívar, el jefe de Estado colombiano respondió que esos asuntos no tienen nada que ver con su país y sí con el modelo implantado por la revolución bolivariana, de la que dijo “que ha fracasado, que no ha funcionado”.
De la misma forma aseguró que Colombia ha respetado ese modelo, aunque no lo comparta, y rechazó que desde su país se conspire contra el Gobierno venezolano.
“Yo no estoy destruyendo la Revolución Bolivariana.La Revolución Bolivariana se está autodestruyendo, se está destruyendo a sí misma por sus resultados. No por cuenta de los colombianos ni del presidente de Colombia”, expresó.