La llegada de 2024 coloca a Haití en el tránsito de una tormenta perfecta, con augurios de peligrosas tempestades en el contexto social y político.
De entrada, enero es un mes estelar para ese país porque lo sitúa en el umbral de nuevos episodios que, o bien le abren rutas de salvación en medio de su estado de agonía institucional o, francamente, acaban empujándolo al abismo.
Primero, para el mes venidero, febrero, está programada la llegada del primer número de personal de la fuerza multinacional liderada por Kenia, cuya misión es enfrentar los altos niveles de inseguridad acentuada por el desmedido poderío acumulado por las pandillas en la mayor parte del territorio haitiano.
EN RETO CON LAS PANDILLAS
Ya esto, de por sí, vislumbra un complicado problema, porque ya los pandillas se han convertido en poderosas milicias armadas que han sido capaces de unificarse bajo un formato de “familias”, para preservar el terreno usurpado y las riquezas sustraídas por medio de una brutal orgía de sangre y saqueo.
Segundo, Haití debe investir a un nuevo presidente el próximo 7 de febrero, para dar cumplimiento a un acuerdo gubernamental del 21 de diciembre de 2021 publicado en el diario oficial Le Monitor.
La gravedad de esto es que, a la fecha, la organización de las elecciones y la proclamación de los resultados para la toma de relevo de un nuevo presidente en Haití, son inciertas. Hay mucha desconfianza
Esto, también, le agrega fuerza a los pronósticos de vientos descomunales de una tormenta social y política en Haití.
REBELIÓN DE LA NATURALEZA
Y como si no bastara con todas estas adversidades, que apunta como culpables a gobernantes y líderes de todo el espectro político haitiano, hay otra amenaza, más peligrosa y letal, en camino: La naturaleza en su justa rebeldía.
El Fondo Internacional de Desarrollo agrícola tiene los ojos puestos en Haití ante las amenazas de que podría enfrentar cambios climáticos extremos, más frecuentes e intensos, con una degradación de sus suelos y una reducción del rendimiento de los cultivos de regadío.
Para esta agencia de Naciones Unidas, el problema no está muy lejos, por lo que en su Programa Sobre Oportunidades Estratégicas Nacional (COSOP) se ha trazado operaciones para el período 2024-2028.
Este apunte suyo es sombrío: Para Haití, “se espera que, en los próximos años, las temperaturas aumenten, las precipitaciones disminuyan y los fenómenos climáticos extremos se vuelvan más frecuentes e intensos”.
De remate, añadió este renglón: “Las previsiones indican que el impacto de todos estos cambios acabará degradando los suelos y reducirá el rendimiento de los cultivos de regadío. También es probable que las tormentas dañen o destruyan cultivos, plantaciones, ganado e infraestructuras”.
ACUMULACIÓN DE FACTORES
El miércoles 13 de diciembre de 2023, el director general de la Policía Nacional de Haití (PNH), Frantz Elbé, viajo a Nairob, la capital keniana, donde finiquitó cuestiones clave con el inspector general de la Policía del país africano, Japheth Koome.
Desde entonces se ha creado un ambiente de mayor certeza sobe la llegada definitiva este año de la misión de Kenia.
Ya antes, el 5 de diciembre de 2023, una delegación de ese país estuvo en Puerto Príncipe, donde abordó con el primer ministro, Ariel Henry, pormenores sobre los preparativos para el despliegue de la fuerza multinacional.
ELECCIONES Y LA FRONTERA
Para República Dominicana, esto demanda de una doble alerta máxima porque, como coincidencia, mientras se produzca el arribo de las tropas, de este lado se estarían celebrado las elecciones municipales de febrero y luego, en mayo, las decisivas presidenciales.
Esto significa que, desde ahora hasta los próximos cuatro meses, el interés del país en estos eventos electorales podría relegar la atención en los sucesos de Haití, cuyas ondas por cualquier impacto repercuten inevitablemente aquí.
La tarea elemental sería, desde ahora y por mucho tiempo, un blindaje real en la frontera, en prevención de cualquier contingencia en Haití.
Las denominadas fuerzas de pacificación no irán a Haití como entes pasivos, a contemplar y vigilar. Irán a actuar contra pandillas que no van a rendirse. Y es ahí donde está la clave de todo lo que pueda devenir desde la misma llegada de esta misión.
A un primer disparo, venga de donde venga, o un primer muerto, por igual, puede seguir una cadena de desgracias que en Haití no se resolverá en una batalla con palos y machetes, sino a tiro limpio.
Las bandas tienen tanto más poder de fuego que el endeble gobierno de Ariel Henry.
"BARBECUE" LISTO PARA PELEAR
Si hay alguna duda sobre esto se debe releer lo que advirtió, el 16 de agosto de 2023, el expolicía y líder pandillero más poderoso de Haití, Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, cuando dijo que lucharía contra cualquier fuerza armada internacional que sea desplegada en su país, si comete algún abuso.
“Barbecue” no se refería a abuso alguno contra el pueblo, el más sufrido por la violencia de sus pandillas. Hablaba de su gente, sus pandilleros leales, sin miedo a pelear y morir por su jefe.
Aquellos que no tengan esto claro ignoran a quién mata y a quién protege este diminuto jefe de pandillas.
“Estamos pidiéndole a la población que se rebele”, dijo en su momento. Este fue un mensaje directo a sus milicias sin alma que matan sin piedad, secuestran, roban, incendian y violan.
Estos pandilleros odian al primer ministro Ariel Henry, a la encabeza de Haití desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en su residencia, en julio de 2021.
Fue Henry quien pidió el despliegue de una fuerza multinacional en octubre del año pasado, para ayudar a combatir a las pandillas, dueñas de casi el 80% de la capital, Puerto Príncipe.
Tratando de ganarse algún sentimiento de nacionalismo de los haitianos, “Barbecue” predijo que estos se revelarán si cualquier fuerza internacional repite las acciones de previas misiones de la ONU para el mantenimiento de la paz en Haití, cuando hubo casos de abusos sexuales y se introdujo cólera en las fuentes de agua.
Es con este poderoso individuo, primero, con el que la fuerza que liderará Kenia tendrá que fajarse resueltamente en las profundidades de los guetos haitianos y áreas metropolitanas de Puerto Príncipe.
"LUCHAREMOS CONTRA ELLOS"
Esto les dijo directamente, hace 17 meses: “Lucharemos contra ellos hasta nuestro último aliento”, y agregó que “será una lucha del pueblo haitiano para salvar la dignidad de nuestro país”.
“Chérizier es acusado por el gobierno y organismos internacionales como responsable de varias masacres en los últimos años y de organizar un bloqueo en los depósitos de combustible el año pasado que paralizó Haití durante casi dos meses.
Este hombre es el cargo superior del grupo de pandillas “G9 Familia y Aliados”.
Es así, entonces, como una tormenta perfecta se cierne sobre Haití y, aunque el cruce de dedos es un gesto supersticioso, en este caso vale la pena hacerlo, como esperanza, rogando para que nada grave ocurra allí.