Por. Roberto Paulino
“Vivir sin patria, es lo mismo que vivir sin honor” “Nuestra patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla” “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos” “El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico…O no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional”
Todas esas frases fueron pronunciadas por uno de los fundadores de nuestra república, Juan Pablo Duarte, un hombre que lo dio todo a causa de que su nación fuera libre de toda potencia extranjera ¿Pero para que?
¿Para que? Si todo su sacrificio y sus enseñanzas las hemos cambiado por el privilegio de ser amigo de los gobernantes de los EEUU, hemos lanzado al retrete los años de lucha de tantos valiosos y nobles dominicanos.
¿Cómo es posible que se nos quiera chantajear con una visa americana? ¿Vale la patria un permiso para pisar tierra americana? ¿Por qué los legisladores y el propio presidente de la república no le devuelven sus visas al embajador Brewster?
El embajador de EEUU no se anda con simulación, ni actúa como la gatita de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano, este hombre vino a imponernos el dominio de la nación que representa, a decirnos que ellos son los que mandan aquí.
Constantemente nos hace críticas que no son propias de sus funciones, nos insulta, mancilla nuestro sentimiento patrio, se burla de nuestra soberanía y nadie es capaz de pedir su salida del país.
Me hubiese gustado verlo de embajador en China, Vietnam, Ecuador, Venezuela, Rusia o Cuba, en esos países y otros mas que sus autoridades se respetan, lo hubiesen mandado hacer sus maletas de regreso a su nación.
Pero en esta despiadada y olvidada nación, es mejor soportarle todas sus majaderías y su chantaje por el temor de caer en desgracia con el gobierno de los gringos perdiendo el visado norteamericano.
Ni la cárcel, ni un embargo a los bienes de una persona, ni la congelación de cuentas bancarias le causa tanto temor a ciertos dominicanos que la suspensión de la visa americana por parte del consulado de EEUU.
Y como el embajador conoce el efecto demoledor que esto causa, en ocasiones filtra a la prensa a que a cierta personalidad le ha sido suspendida su visa, provocando en la población una series de conjeturas, que van desde razones de narcotráfico a corrupción gubernamental.
Esta es la nueva modalidad para doblegar a nuestros líderes y gobernantes, suspenderle la visa si no acceden a lo que pretenden las autoridades estadounidenses.
Porque una visa, residencia o ciudadanía americana, se ha convertido para muchos dominicanos en el mayor logro alcanzado en la vida, no basta la llegada de un hijo primogénito, o haber alcanzado una valiosa profesión universitaria, nada de eso sustituye el gozo de obtener un documento americano.
Cuando se obtiene cualquiera de los documentos más arriba señalados, muchos se llenan de ínfula, no hay pavos reales que le lleve mostrando los orgullosos que se sienten, ni siquiera sacarse la loto le causa tanta alegría.
Se sienten que han alcanzado su sueño mas anhelado en la vida, ser parte del sistema americano, sus hijos pueden ir a estudiar en la universidad de Harvard, nacer en territorio americano y así se podrán llamar dominico-americano.
Muchos dominicanos se ofenden cuando se critica al país a donde han ido a parar, se tornan mas americanos que los propios gringos, son de los que quieren que República Dominicana sea la estrella número 51 en la bandera de ese país.
Muchos de los que viven allá han olvidado a su patria a causa de los de aquí, porque han sido los de aquí, que produjeron que aquellos se marcharan, hoy la patria adolece de sus mejores hijos, se va perdiendo el amor hacia ella, nadie se atreve a inmolarse por la su libertad y por su soberanía porque un embajador hace lo que le venga en gana, y quien se atreva a contradecirlo, pide que le devuelvan la visa americana.
Yo no tengo que devolverle nada, y le pido que haga sus maletas y retorne a su país, porque usted señor embajador Brewster, se ha metido en asuntos que no le competen, go home señor embajador.
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