SANTO DOMINGO.
– Albert Pujols puede terminar su actual contrato con los Angelinos (2021, con 41 años) como el líder de carreras remolcadas de todos los tiempos (si consigue 589 superaría las 2,297 de Hank Aaron), con cerca de 700 cuadrangulares y más de 3,000 imparables (necesita 325).
Lo que luce cuesta arriba vaticinar es que el de Cristo Rey colgará los spikes con promedio de bateo sobre los .300, una cifra que nunca faltó en sus primeras 10 temporadas, y que le puede dar el certificado de mejor bateador de su era.
El average de Pujols ha descendido 16 puntos desde que dejó a los Cardenales tras el curso 2011, al pasar de .328 a los actuales .311. Desde que llegó a la Liga Americana apenas batea .264.
A ese ritmo puede terminar en el rango de los .290, un número codiciable por cualquier mortal hasta para una campaña en el Big Show, pero no para la casta a la que pertenece Pujols, quien de momento ya pierde la batalla con Vladimir Guerrero (.318 de por vida), y acaba de ceder ante Manny Ramírez (.312) entre los criollos.
El inicialista/bateador designado abandonó por milímetros la barrera simbólica en su última zafra en San Luis (.299), en 2015 pareció pisar fondo (.245), pero tras 55 apariciones en 2016 con 35 años luce que lo peor puede no haber llegado (.180).
Y las cifras milimétricas arrojan datos tan confusos que pueden generar tantas reacciones como las lecturas que dan los economistas a los resultados del PIB de un país. Los pesimistas pueden leerlas como que será un jugador de nivel reemplazo, pero sus fieles pueden entender que el flujo negativo está a tiempo para ser corregido.
Contacto y pitcheos
Si bien su capacidad de hacer contacto se mantiene a los niveles de aquel jugador que agotaba los calificativos (85.6% en 2015 cuando su pico fue 90.1% en 2008) la ansiedad por producir es otra desde que viste los colores rojos de California a razón de US$240 millones y 10 años (2012-2021).
En 2005, cuando ganó el primero de sus tres premios MVP, Pujols hizo swing al 16.2% de los pitcheos fuera de la zona y al 41.7% del total de lanzamientos recibidos.
En 2015, una campaña relanzada con 40 vuelacercas, intentó batear el 32% de lanzamientos afuera (el doble de hace una década) y el 46.8% del total, de acuerdo con datos copilados por Baseball Info Solutions.
Acostumbrado a enfrentarse cada año a 2,000 lanzamientos que llegan con una fuerza capaz de destrozar cualquier hueso, el bate de Albert salió en 2015 a una velocidad promedio de 91.7 millas por hora, la misma que José Abreu (White Sox), el “Pujols Cubano”.
En su carrera que arrancó en 2001 los lanzadores han trabajado a Pujols mayormente con bola rápida (56.9%), slider (17.5%), curva (10.4%) y cambio (9.7%).
Pero en 2016 los reportes dan cuenta de que es más vulnerable al cutter (recta cortada), de ahí que ahora invierten el 12.3% de los pitcheos contra el 3.6% que vio en primeros 15 años, más curvas (14.9%) y cambios (11%), con una disminución en las rectas (42.5%).
Además de los problemas físicos que les han ocasionados perder un tercio de temporada (63 partidos), la que en teoría iba a ser la segunda mitad de carrera de Pujols llegó cuando los jugadores entran a la curva descendente de producción.
El cuerpo humano produce hormonas de crecimiento hasta los 20 años de edad, y el del hombre promedio produce menos testosterona a partir de los 30.