Como un desastre o sinvergüencería se puede catalogar lo sucedido esta temporada 2015-2016 con los dirigentes de los equipos de la LIDOM.
No es para menos, pues ayer las Estrellas Orientales, desesperados por estar ubicados en el último puesto del Round Robin, nombraron a Audo Vicente como su dirigente para los últimos cinco juegos de la semifinal.
Los gerentes y dueños de equipos, muchas veces responsables junto a jugadores indisciplinados del fracaso de sus conjuntos, le cargan el dado a los dirigentes de todos los males cuando fracasa un equipo, claro es más fácil botar un manager que salir de 10 jugadores de un solo tiro.
Salvo los Leones (que si fuera por los fanáticos y algunos directivos hace tiempo que Luis Rojas no estuviera en la dirección de los escarlatas) y los Tigres los otros equipos han tenido una caterva de dirigentes.
El asunto comenzó desde el Round Robin del año pasado, cuando las Águilas despidieron a Andy Barkett en plena semifinal, para volver a contratarlo como su manager en la temporada 2015-16. Los cibaeños tuvieron un festival de dirigentes esta temporada, cancelaron nueva vez a Barkett, pasando luego el timón a Omar Ramírez, Miguel Tejada y Félix Fermín. Finalmente la temporada regular aguilucha fue un desastre, terminando igualados en ganados y perdidos (22-28) con los Gigantes y quedando fuera de la clasificación.
Los Gigantes pasaron del campeonato al último lugar. Despidieron al dirigente campeón, colocando a su asistente Abrahán Núñez, quien no logró la mejoría del equipo y los Campeones Nacionales se quedaron fuera de la semifinal.
Los Toros Han tenido un poco más de suerte, pero no deja de ser llamativo su caso. Contrataron por dos años a Félix Fermín, el dirigente más ganador en la historia de la LIDOM, sin embargo no pudo completar su primera temporada. Arturo DeFreites, sin lograr un milagro ni nada parecido, los clasificó al Round Robin y ha mantenido el equipo en un segundo lugar, aunque con un record mediocre (5-8).
