Arribismo.
Por idiosincrasia y por educación de hogar rechazo el arribismo, especialmente luego de contextualizar que este significa: intentar demostrar ser algo que no es. Este rasgo suele causar el rechazo de sus pares, debido a la negación de sus raíces.
Sin embargo reconozco que esa acción le da muchos resultados a quienes lo practican y lo justifico aunque repito no lo practico por convicción, cuando se trata de alguien que ha hecho una labor y reclamo una retribución.
En otro orden pienso que quienes deben retribuir a los que han hecho una labor, no deben jugar con la dignidad de los seres humanos.
Nunca bañare el perro de nadie para lograr escalar, nunca voy a tumbarle el polvo a nadie para llegar, no le friego los platos a nadie para ascender, puedo ser secretario, pero nunca servil para que me paguen lo que me he ganado con sacrificio, pude haber sido el chofer de alguien pero no alabardero, puedo ser relacionista público porque estudie la materia, pero no vocinglero desmedido e irracional.
Es posible que quienes lean aquí piensen que lo hago por algo, y quiero que sepan que sí. Lo hago porque la dignidad es un valor tan grande que debemos ser seres humanos dignos, como digo el profesor Bosch: La dignidad nunca muere.