Escuchando al pediatra Carlos González, promoviendo un curso sobre “Necesidades afectivas de los niños”, organizado por la Escuela Bitácoras, me puse a pensar en lo difícil que es criar en estos tiempos. Recuerdo cuando se inició en las empresas e instituciones trabajar en horario corrido en donde, además de tener que llevarse la comida para recalentarla, también iniciaba el poco contacto de los padres con los hijos cuando llegaban a la casa luego del colegio. Afectó también “el comer caliente” en ese receso y dormir 20 minutos para retornar renovados a las 2:00 de la tarde a la oficina.
Hay momentos o edades en la vida de los hijos en los que hay que estar con ellos, no para inspeccionarlos registrándoles las mochilas, los celulares o tocándole la puerta del baño “para saber en qué están” violando su privacidad, cuando quizás están explorando su cuerpo, es ser cómplices, escucharlos, darles afectos, confianza y seguridad para que como padres seamos los primeros receptores de una situación que les esté pasando de cualquier índole.
Que me excusen los padres y abuelos que se criaron con inhibiciones, con traumas, prejuicios, que les da vergüenza hablar con ellos de temas propios de su edad. Es mejor que sean ustedes y no los amigos que pueden distorsionarlos. Y para terminar… No les pregunten a los profesores, y menos delante de los hijos, cómo le está yendo en los estudios. Pregúnteles a sus hijos cómo pasó su día en el colegio, cuáles fueron las novedades, estableciendo una conversación que alimente su espíritu. Esa conversación se va cultivando desde el preescolar.