–SAO PAULO.- Una carrera en el corazón financiero de Sao Paulo protagonizada por las 27 candidatas al título de “Miss Bumbum”, el concurso que elige cada año al mejor trasero brasileño y que está en su quinta edición, abrió hoy la votación en internet que elegirá a la nueva soberana.
Las candidatas, una por cada uno de los estados brasileños, se tomaron la Avenida Paulista, la vía más emblemática de la mayor ciudad de Brasil, y disputaron una carrera frente a la sede del Museo de Arte Moderno (MAM) de Sao Paulo.
Para promover sus atributos, las aspirantes también posaron para una nube de fotógrafos en las ciclovías del centro de la ciudad y se exhibieron ante decenas de transeúntes, a quienes pedían su voto.
La votación es realizada en la página en internet del concurso (www.missbumbumbrasil.com.br) y se extiende hasta inicios de noviembre, cuando las 15 más votadas clasifican a una gala final prevista para el 9 del mismo mes en Sao Paulo.
Además de la corona, las candidatas disputan un premio de 50.000 reales (unos 14.492,7 dólares) y un jugoso contrato publicitario.
Para la aspirante por el estado de Pernambuco, Débora Bidinur, ganar el concurso significa tener los recursos para “estudiar en la universidad, comprar una casa y un carro, y darle una vida mejor a sus familiares”.
Pese a la popularidad, el concurso de belleza no agrada a todos.
Según la psicóloga Rachel Moreno, militante de la organización no gubernamental Observatorio de la Mujer, este tipo de concurso refuerza un modelo de belleza “deshumanizado de la mujer”.
“Los medios de alguna manera terminan difundiendo lo que creen que es la imagen de belleza de la mujer, que cambia con el tiempo, pese a que ese modelo que promueve a las jóvenes por su trasero deshumaniza a la mujer”, afirmó la psicóloga.
Para la feminista, el concurso promueve de forma “lamentable” una imagen de la mujer brasileña que es “incompatible” con la diversidad étnica del país.
La imagen de Brasil vinculada al cuerpo escultural femenino, según la militante, puede generar la idea de que el país “es un buen lugar para el turismo sexual”