Al menos 207 personas murieron, entre ellas 9 extranjeros, y unas 450 resultaron heridas este domingo tras una serie de explosiones en tres hoteles de lujo y tres iglesias en Sri Lanka, donde numerosos fieles celebraban el Domingo de Resurrección, según los últimos datos oficiales, en el peor episodio de violencia en el país del sur de Asia desde el final de su guerra civil hace una década.
En consecuencia las autoridades decretaron un toque de queda de 12 horas y prohibieron “temporalmente” el uso de redes sociales para evitar diseminar “información falsa”.
La mayoría de las explosiones ocurrieron hacia las 8.45 (3.15 GMT), en al menos tres hoteles de lujo en Colombo y también en un iglesia de la capital y otra en Katana, en el oeste del país a unos 50 kilómetros al norte, informó a EFE el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara. Hacia el mediodía, una octava detonación fue registrada en la capital y el Ministerio de Defensa ordenó un toque de queda a partir de las 18 horas.