Cuando el pasado día 26 de abril la señora Berta García, de 50 años edad, despedía la noche con una oración, nunca se imaginó que mientras le pedía a Dios que la protegiera de todo mal, tres hombres penetrarían a su residencia y uno de ellos la agredió y la violó sexualmente.
La señora, luego de sentir como el hombre terminaba su cometido, miró hacia atrás y nunca se imaginó, que su agresor era su propio vecino, un joven que ella vio crecer en el sector, quien junto a otros dos más se prestaron a tan infame acción.
Tras lo ocurrido, la señora García acudió a la Unidad Integral de Violencia de Género en busca de ayuda, pero allí le explicaron que no podían atenderla, que regresara el próximo lunes. Cuando le explicaron que debía regresar en otra oportunidad, García se sintió desprotegida, porque se entera de que deberá volver al barrio, donde se encontraría con su agresor.
Maltrato en Fiscalía
La mujer regresa nueva vez a la Unidad de Violencia de Género, allí le hacen todas las preguntas, así como todo el chequeo correspondiente en estos casos, luego de pasar un mes, García vuelve a la fiscalía para indagar en qué estaba su caso y una asistente solo le respondió: “Doña, usted no fue violada nada”, lo que despertó una incomodidad en la señora.
