En la ciudad de Santo Domingo, la capital dominicana, la Navidad despierta con un resplandor único. Desde octubre, sus calles se transforman en un despliegue luminoso con luces y decoraciones que anuncian la llegada de las festividades. Aquí, la Navidad es sinónimo de tradición y unión familiar.
En el Sur del país, la magia navideña se teje entre las brisas cálidas y las familias participan activamente en la preparación de vinos caseros, una tradición que comienza un mes antes de la Nochebuena. Las casas se llenan de aromas embriagadores, y la limpieza meticulosa es un rito que refleja el deseo de recibir la Navidad con pulcritud y alegría.
En la región del Cibao, la Navidad adquiere matices propios. Las festividades están impregnadas de la rica tradición cultural de esta zona. Platos típicos como el moro de guandules y el cerdo asado hacen su aparición en las mesas, dejando un sabor inolvidable que resalta la diversidad culinaria de la isla.