Las estafas piramidales son un fenómeno que parece encontrar siempre incautos que creen en el "enriquecimiento fácil". Varios de los factores que están estrechamente ligados a que las personas se involucren en un esquema piramidal son la falta de educación, de civilidad y de cultura financiera.
Estas son parte de las precisiones hechas por el sociólogo Cándido Mercedes al referirse a estos programas, que por lo general prometen un negocio confiable y rentable, donde a los participantes se les vende la idea de que su dinero tendrá altos retornos en poco tiempo. En estos esquemas no se vende ningún producto o servicio real, y el objetivo principal siempre se basa en el reclutamiento de personas.
"En República Dominicana, las pirámides crecen, se expanden y cada cierto tiempo se visibilizan en los medios. Esto es una consecuencia de ser un país que tiene peor educación. Mientras menor nivel educativo tiene una persona, más proclive es a dejar que su éxito dependa de otros", sostuvo el especialista en conversación con Diario Libre.
Resaltó que las personas que han caído en estos engaños no han desarrollado el pensamiento crítico, es decir, "someter todo a la rigurosidad, a la objetividad, pertinencia, a la validez, a la confiabilidad de eso que se está haciendo".
"Muchos dominicanos no tienen cultura financiera, no son capaces de ahorrar. Todavía el dominicano juega a ´san´, como si no pudiera ahorrar por cuenta propia", sostuvo Mercedes.
Expresó que en el país no se enseña a los estudiantes a pensar, sino a memorizar, no a criticarlo todo o a someterlo todo a la curiosidad.
Aunque a veces asocian la vulnerabilidad de las personas con la pobreza, el experto aclaró que una persona falta de educación no necesariamente tiene que ser pobre. Explicó que hay personas que aportan hasta uno o varios millones a estos esquemas fraudulentos porque pertenecen a grupos ocupacionales como comerciantes o emprendedores, pero tal vez su nivel educativo no les permite diferenciar entre un engaño y algo viable.
Confianza peligrosa
Mercedes señaló que los creadores de pirámides a los primeros que invitan al "negocio" suelen retornarles dinero rápido para que corran la voz y busquen a otros, propagando el mensaje de que el asunto es real. "En pocas palabras, los usan como carne de cañón".
Resaltó que también se han dado casos en los que la persona inicial que promueve la pirámide es alguien conocido o líder de una comunidad. En ese sentido, mencionó el famoso caso de Wilkin García, "Mantequilla", quien prometió duplicar las inversiones de sus clientes en Monte Plata. Cuando el esquema colapsó, al principio fueron muchos los residentes de esa zona que defendieron la seriedad de su negocio.
Aspectos psicológicos
El sociólogo Mercedes destacó que, aunque la causa fundamental de la incursión en esquemas piramidales es sociológica, debido a las causas estructurales en la sociedad, también hay un componente psicológico. ¿Cuál? Que hay gente que sufre de ludopatía.
Explicó que la ludopatía es una enfermedad que afecta a las personas que no se resisten a los impulsos de jugar apostando dinero, e "involucrarse en uno de esos esquemas para muchos es como un juego, así como otros creen que serán ricos, que se les va a resolver las cosas de manera rápida jugando la lotería, juegos de azar…".
En esa misma línea, el médico psiquiatra y psicoterapeuta, Vicente Vargas Lemonier, explicó que muchas personas se sienten atraídas por estas promesas de ganancias rápidas porque aún persiste en ellos "el llamado pensamiento mágico", que es una parte de la estructura mental de las personas, que lleva a la creencia de que siempre habrá una solución mágica y rápida a sus problemas. No solo pasa con el dinero, sino también con las diferentes metas de la vida.
El especialista en conducta humana expuso que esta estructura mental es común en la niñez. "Hay una etapa en nosotros, regularmente entre los dos a los cuatro años, en la que los niños creen en personajes que no son reales. Así como los niños, hay personas que no superan nunca esa forma de pensar y, aunque son adultos y pueden tener 20, 30, 40 años o más, siempre están esperando una salida mágica".