Un estudio señala que los hogares con menos ingresos son los que más destinan de su capital a servicios de telecomunicaciones.
El internet ha sido una de las mayores revoluciones de la historia, y su impacto en nuestras vidas se hace cada día más evidente, sobre todo por lo dependientes que nos hemos vuelto a estos servicios, ya sea para utilizar nuestras redes sociales, enviar correos electrónicos o trabajar.
El internet ha sido una de las mayores revoluciones de la historia, y su impacto en nuestras vidas se hace cada día más evidente, sobre todo por lo dependientes que nos hemos vuelto a estos servicios, ya sea para utilizar nuestras redes sociales, enviar correos electrónicos o trabajar.
Además, esta red informática ha significado una transformación del pensar y el hacer. A partir de la misma, han surgido nuevos modelos de negocios y modelos educativos que nos muestran las primeras huellas de la cuarta revolución industrial, basada en la tecnología.
Sin embargo, investigaciones han arrojado que en muchos de los países de Latinoamérica el costo del servicio de internet es muy inestable, y en muchos casos la inversión de ciertos sectores de la población es excesiva, en comparación con el ingreso del que disponen.
Tal es el caso de República Dominicana, donde de acuerdo con un estudio cuantitativo en el que se analizan las brechas de acceso a internet, realizado por el catedrático Fabricio Gómez Mazara, se revela que en los hogares con menores ingresos económicos es donde se registra el mayor gasto de su capital en telecomunicaciones.
En el estudio “Determinantes del gasto y demanda de servicios finales de telecomunicaciones en República Dominicana”, Gómez Mazara detalla que en la región Enriquillo es donde se destina un mayor porcentaje del gasto para pagar estos servicios. A esta región le siguen Ozama, Cibao Norte y Yuma.
Puntualiza en que el gasto de los hogares en telecomunicaciones está relacionado positivamente con el ingreso, así como el nivel educativo de la persona que dirige el hogar y negativamente con los miembros, ubicación en la zona rural, recepción de subsidios sociales y si una mujer administra la casa.
De acuerdo con Gómez Mazara, en promedio, por cada 1% que aumenta el gasto del hogar, el gasto en telecomunicaciones lo hace entre 0.42 y 0.46, dependiendo el nivel de gasto en este servicio; es decir, que la sensibilidad del gasto del hogar es menor a medida que aumenta el gasto en servicios finales de telecomunicaciones.
En los hogares de la zona rural, indica el estudio, las diferencias en el gasto en telecomunicaciones son relativamente altas respecto de los de la zona urbana (24.37%, 36.60% y 29.12% para los niveles de gasto bajo, medio y alto, respectivamente).
Gómez Mazara explica, asimismo, que estos servicios son demandados como consecuencia del uso de una determinada cantidad de equipos que están disponibles en el hogar, como computadoras, televisores, teléfonos y demás. “Esto hace que la demanda se realice, de forma indirecta, en función de la capacidad y la intensidad en el uso de los mismos, ya sea limitada, es decir, prepago, o ilimitada, que es postpago”. El también economista considera que en los hogares que están dirigidos por mujeres las diferencias en la inversión de internet se reduce de 20.36% a 10.24% entre los de gasto medio, mientras que en los de altos gastos las diferencias no son significativas. Algo similar sucede, aunque en menor medida, con la cantidad de miembros en el hogar, cuyas diferencias se reducen de 4.15% a 3.22% entre los hogares de gasto medio y alto, puntualiza Mazara. El estudio contó con el apoyo del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras entidades.
Gómez Mazara explica, asimismo, que estos servicios son demandados como consecuencia del uso de una determinada cantidad de equipos que están disponibles en el hogar, como computadoras, televisores, teléfonos y demás. “Esto hace que la demanda se realice, de forma indirecta, en función de la capacidad y la intensidad en el uso de los mismos, ya sea limitada, es decir, prepago, o ilimitada, que es postpago”. El también economista considera que en los hogares que están dirigidos por mujeres las diferencias en la inversión de internet se reduce de 20.36% a 10.24% entre los de gasto medio, mientras que en los de altos gastos las diferencias no son significativas. Algo similar sucede, aunque en menor medida, con la cantidad de miembros en el hogar, cuyas diferencias se reducen de 4.15% a 3.22% entre los hogares de gasto medio y alto, puntualiza Mazara. El estudio contó con el apoyo del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras entidades.
Pobres deben aprovechar mejor servicio de internet
Aunque Gómez Mazara considera que el servicio de internet tiene el potencial de representar un importante instrumento para incrementar el bienestar y el desarrollo de la sociedad, la forma en la que la masa pobre dominicana (que se sitúa en 30.5% de la población) invierte para adquirir el servicio, no les beneficia en ningún sentido. Más bien, al desconocer las oportunidades que ofrece este universo de información para, por citar algunos ejemplos, educarse, emprender negocios innovadores, entre otros, se están arriesgando a permanecer en un círculo vicioso que nos les permite aprovechar todas las posibilidades que ofrece el internet. En ese orden, el experto subraya que “la ubicación geográfica del hogar es determinante para el uso de este servicio, dadas las condiciones de accesibilidad al servicio y el costo de adquirirlo”. “Existe un conjunto de estudios que centraron su atención en la relación entre el uso de tecnología de la información y los resultados académicos. De acuerdo con Schmitt y Wadsworth (2006), existe una relación positiva y significativa entre la tenencia de computadora y los logros académicos”, explica Mazara en el estudio. Sin embargo, señala que en los hogares donde el jefe de familia tiene un nivel educativo superior gastan 4.5%.