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Mujeres y la Eterna Juventud

SAN JUAN DE LA MAGUANA,R.D 02/11/2015
Por Rubén Moreta


-La exhibición de una imagen atractiva y
deslumbrante cada día forma parte de la praxis femenina.  A tono con esto, las mujeres no paran de
consumir modas y tratamientos copiados de la televisión, periódicos, revistas y
modernamente del internet.

Todas las mujeres occidentales practican una
lógica  de “perfección” de su silueta,
sin distinción de posición económica, edad u oficio o actividad profesional a
que se dediquen.  El ejemplo que así lo
ilustra es que los salones de belleza están en cada esquina del barrio, y se
han convertido en dinámicas microempresas. 

Para las mujeres de clase media, los spa y salones
de masajes y relajamiento son una alternativa “chic”, en su búsqueda de “eterna
juventud”.

Conocí a una paradigmática mujer, que sobrepasaba
los setenta años, y no salía de su casa a comprar al colmado de la esquina del
barrio sin antes mirarse al espejo y acicalarse con su “pintalabios rojo
opaco”. 

“Vieja, pero jamás fea”, me exclamó enérgicamente
una vez, como sentencia a un incisivo comentario que le lancé sobre su singular
patrón estético.

Con frenesí, las mujeres occidentales ensayan en su
cuerpo inverosímiles procedimientos en busca de un objetivo supremo: remodelar
su silueta para exhibir “eterna juventud”.Las mujeres descubrieronla fórmula
mágica de la eterna juventud en las cirugías estéticas.  Estas son hoy el gran negocio de la empresa
médica occidental.  La Sociedad
Internacional de Cirugía Plástica Estética, con sede en Estados Unidos, divulgó
que  en el 2013 se realizaron más de
veintitrés mil  procedimientos de este
tipo, y el año pasado superó los veinticinco millones.  Brasil y Estados Unidos son los líderes en
intervenciones con fines estéticos, y en el caribe la República Dominicana encabeza
con más de ciento cincuenta mil operaciones estéticas al año.

Las remodelaciones estéticas empinan la autoestima
de las mujeres inconformes con alguna parte de su anatomía, afectada por el
embarazo, la obesidad, la vejez o un “fallo de origen”.

Los niveles de satisfacción son tan altos para
quienes acuden a estos métodos médicos invasivos, que dicen estar en
disposición de volver donde el cirujano estético “cuantas veces lo necesiten y
puedan pagarlo”.

Ah, pero la novedad es que también los hombres,
enquistados en la clase media, están teniendo interés en mejorar su apariencia,
y han comenzado a frecuentar  también los
cirujanos estéticos, según me lo confirmó el prominente cirujano sanjuanero
Luis Jiménez. 

Asistimos a un cambio de paradigma, donde los
varones quieren también alcanzar la “eterna juventud”, y se están reconstruyendo
y arreglando zonas de su cuerpo con la cual están insatisfechos: nariz, labios,
ojeras, trasplante de cabello craneal, abdomen pronunciado (a través de la
técnica de liposucción) o cualquier “fallo de origen”.

Pero la eterna juventud –en mujeres y hombres- solo
se persigue a nivel exterior, echando a un lado la dimensión interior del ser,
lo emocional, el sentido humano, los valores. 

Por olvidarnos de cultivar nuestro interior, por
eso estamos como estamos.


El
autor es Periodista y Profesor UASD.

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