La adversidad levantará su cabeza y exigirá que le prestemos la debida atención. Pondrá a prueba nuestra fe, desafiará nuestras relaciones y nos tentará a inclinarnos ante el miedo al conflicto”.
Hoy nuestras palabras están dirigidas a todas las personas que atraviesan adversidad. Decirles que ésta tiene un por qué, que no están solas y que Dios nos manda a que nos gocemos en diversas, ante las tentativas; sabiendo que la prueba de nuestra fe produce paciencia, siendo la paciencia el perfecto resultado, para estar completos, y para que no nos falte nada.
Es difícil, las pruebas que debemos atravesar día con día, a veces son colocadas por quienes están, quizás para hacernos la vida más llevadera, pero no desfallezcamos. Nuestro Padre nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia”. Confiemos fielmente y el hará la obra. Nada ni nadie podrá dañarnos.
Seamos hábiles en el manejo de nuestros sentimientos. Como nos indica David Goleman, experto de la conducta humana. Descubramos las emociones y sentimientos propios, reconozcámoslos y manejémoslo. Creemos motivación propia y gestionemos oportunamente las relaciones personales. No te des por vencido en tiempo de infortunio!.
Es el momento propicio para crear redes de apoyo, la crisis no es el final, estamos vivos y tenemos salud, ¿qué más pedirle a Dios?, lo demás llegará por añadidura.
Vivimos esta vida maravillosa en un constante cambio, y debemos estar siempre preparados por ello, sino, aprender a hacerlo.
No permitamos que nos desvíen de nuestras metas. Nuestra visión debe seguir siendo positiva, aunque los ataques, frontales, feroces y sutiles invadan el entorno en que nos desenvolvemos. Sigamos descubriéndonos, vale el esfuerzo hacerlo. No dejemos de mantener la perspectiva!.
En esta adversidad que atravesamos, es necesario buscar la felicidad, con ella contrarrestaremos desdicha. No dejes de confiar, sobre todo en ti y el Todopoderoso. Busca entender lo que ocurre en tu vida y ponte en sus manos. Todo pasará, cuando menos esperes, la luz volverá a brillar.
Nunca devolvamos al maligno mal por mal. Nadie da lo que no tiene. Si actuamos como el virulento, seremos igual él. Mostremos ser más humanos. Abracemos y ofrezcamos bondad, ella es el reflejo de nuestra esencia.
Vencer la adversidad parece difícil, pero no lo es, podemos transitar el camino que nos lleva a ver más allá, a no vivir solo el momento, sino, a exhibir más autoconfianza, empeño en nuestras metas e ideales. Pongamos coraje, agallas…
Con certeza nos llamaran resilientes. Emergeremos como el gigante David, nunca seremos un pequeño Goliat. Empequeñecemos cuando nos dejamos vencer por inseguridades.
No es tiempo de claudicar. Recuerda que no estamos solos, tenemos al rey de reyes, y él no abandona su rebaño. Ay de quién ose querer dañar a una criatura hija del Dios de los ejércitos!
Qué la sapiencia de Salomón nos acompañé durante la calamidad y que nuestro florecer muestre sus gamas de colores. Somos seres únicos, mostraremos muestra vivacidad y fortaleza.