Por: Rubén Moreta
Una ola de robo se registra en la zona rural de San Juan de la Maguana. Los mangantes están azotando a pequeños y medianos productores agrícolas y pecuarios, llevándose de las fincas y conucos todo cuanto se coma.
Es un azote, una pesadilla la que están viviendo nuestros hombres del campo con la delincuencia. Por ejemplo, a un pequeño criador en el Hatico del Guanal, durante el fin de semana, los ladrones fueron a su predio y le pelaron seis chivos. Solo le dejaron las vísceras.
Los productores de limón están “pegando gritos al cielo” porque los ladrones están acabando con la cosecha de esa fruta.
A mi amigo Milcíades Espinosa se le metieron en su finca en Manoguayabo y le robaron víveres y les dieron fuego a casi sesenta tareas de café. Y la Policía no tiene un solo detenido.
Los agricultores sanjuaneros se fajan a sembrar para que unos bandidos cosechen su esfuerzo y sudor.
La pregunta obligada es, ¿hace falta en San Juan el coronel Livio Cepeda?
Y otra pregunta, ¿y dizque el General Oliver Olivense Minaya no era de línea dura? ¿Es buchipluma na má?
El autor es Periodista.