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Diálogo con mi Perro

Por Rubén Moreta
Que un escritor pueda publicar un libro en República Dominicana es quejumbroso y difícil de cristalizar.  Durante treinta años el Profesor José Nicanor de la Rosa estuvo concibiendo sus obras.  Perdón, debo escribir la genuina verdad: estaban ya concebidas desde las tres décadas, pero a pesar de muchos pujos las criaturas no brotaban del vientre.
Nicanor de la Rosa manifestó toda la fase prodrómica, las contracciones, la dilatación, sintió los dolores gestacionales, exhibió la ansiedad del preparto, padeció sudoración y latido acelerado del corazón, pero los hijos no nacían. Como buen padre, ansiaba las criaturas nonatas, pero estas nada de brotar.  La impotencia le consumía.  Había un impedimento fundamental: su falta de recursos económicos.
Este factor impedía el nacimiento de sus vástagos “Diálogo con mi Perro” e “Historias que parecen cuentos”.  Es muy triste, pero el útero de donde se alumbran estos dos hijos fue un anaquel del hogar de Nicanor, y allí, se alcanzan a ver más hijos no nacidos de este reputado educador, poeta y narrador. 
José Nicanor de la Rosa fue paciente, muy paciente.  Cumplió un mandato del poeta Pablo Neruda: “Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños”.  Nicanor ha cumplido su gran sueño.  Aquí están sus libros.
Este ilustre sanjuanero es la personificación del buen maestro, del pedagogo comprometido.  Crítico, rebelde, un Hostos de estos tiempos.  Como poeta, irreverente.  Como narrador, descarnado.  En ambas obras exhibe un depurado conocimiento de las técnicas narrativas.
En Historias que parecen cuentos se presenta un compendio de veinte cuentos, tres de los cuales fueron premiados en diversos concursos literarios realizados en la región.
Diálogo con mi perro es una novela desgarradora, que ausculta el sufrimiento humano, evidenciado en la soledad, la estrechez, la opresión, la injusticia y la asimetría social que rodea al protagonista.  Y junto a él, su confidente, Lucas, su perro fiel, siempre próximo, pegado a él como un alter ego, llenando todas sus lagunas de amor y afecto, tras la ida del abuelo.  
La obra dibuja el asedio de un hombre aldeano y como puede salir airoso en la vida, a partir de los valores con que fue modelado por su finado abuelo. 
Diálogo con mi perro no es una novela nostálgica ni pesimista, sino una evocación de los valores tradicionales, aquellos de los que la postmodernidad abdica.  Es una reprobación al individualismo y a la ostentación de la sociedad de hoy.
Felicito al Profesor José Nicanor de la Rosa por la publicación de sus obras y los animo a leer y analizar con fascinación las mismas.
El autor es Profesor UASD. 

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