Por; Gilberto Mateo.
Está más que demostrado que en la República Dominicana la actividad política se ha convertido en una gran esperanza para los que ejercen la misma, tanto así que son inmensas las cantidades de ciudadanos que cifran sus esperanzas en la misma, hasta el colmo de que algunos suelen decir que vale poco prepararse porque sin la pega política es difícil desarrollarse.
Quiero diferir en el último razonamiento del párrafo anterior; aunque es frecuente ver que muchos sueños de connotados profesionales no se hacen realidad, no es menos cierto que las oportunidades siempre recaen en los hombres y mujeres que se dedican a prepararse académicamente, por lo menos debe ser así.
Pero la forma en que se ha estado manejando el tema política y poder en el país, deja muy claro que los colaboradores más cercanos de la administración de turno, son los que se toman el agua más limpia, algunos turbia, pero muchos se la toman sucia y otros ni limpia, turbia y mucho menos sucia, solo le queda morirse de sed.
El poder como tal es codiciado, anhelado y todos luchamos por el Poder, esa es la razón principal por la cual aquel que suele tener el poder aunque sea de forma momentánea, no quiere dejarlo y para dejarlo hay que ser muy fuerte, valiente es aquel que suele soltar el poder, por lo menos soltarlo sin buscar excusas.
Las mieles del poder son tan buenas que pasa sin que el que lo ostente se entere que el tiempo va corriendo y cuando llega el momento se sorprenden y se preguntan qué rápido ha pasado el tiempo.
Pero bien, todo cuesta sacrificio, obtener el poder es para valientes y conlleva horas, días, años, décadas en ocasiones poder obtenerlo, pero lo más importante de todo es saber manejarlo, entender que algún día termina, que no es para siempre, tiene fecha de caducidad.
En todo este aspecto, Política, Poder y Lealtad, hay que tomar en cuenta que la última frase debe ser la primordial aunque no todo el mundo la practica, esta significa sacrificarse, aguantar, es para verdaderos guerreros tener la condición de Lealtad.
A pesar de todos estos razonamientos que he querido compartir con ustedes, debo decirles que de verdad lo hacemos con el deseo de que reflexionemos en el momento en que la vida nos coloque en la dichosa posición de hacer cosas, representar, dirigir, administrar; tener bien claro que nunca será para siempre.
El autor es Periodista.