La corrupción constituye uno de los males centrales de la contemporaneidad. En nuestro país, la corrupción tiene sus antecedentes en la llegada de los conquistadores españoles, quienes robaron nuestro oro, se apoderaron de nuestras tierras y exterminaron a la población aborigen originaria.
En la era republicana, los gobiernos que se han sucedido han dilapidado a sus anchas los fondos y recursos públicos. Se estima que más de treinta y seis mil millones de pesos se escapan de los fondos públicos y van a parar a manos particulares cada año.
La corrupción pública no tiene colores de partidos políticos. Los gobernantes de todos los partidos han participado del reparto de bienes del Estado. Los grandes caudillos (Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer) y los “demócratas libérales” del PRD Y PLD han incurrido en este mal, sin que haya un solo preso en las cárceles dominicanas acusado de peculado.
En el gobierno de los doce de Joaquín Balaguer (1966-1978) se hicieron ilícitamente más de trescientos millonarios, y en los ocho del PRD (1978-1986) lograron la cúspide económica, a través del ordeñe de la “vaca nacional” más de quinientos millonarios. El número de millonarios del PLD aún no se cuantifica.
A nivel privado también existe una gran corrupción. Esta se explica a través de la asociación de empresas y/o empresarios con instituciones y/o funcionarios del gobierno, alterando presupuestos de obras públicas, en la compra de suministros, el soborno, entre otras formas. El caso de la OMSA, es quizás la punta del iceberg.
También, muchos negocios privados -mal administrados- han tenido que ser rescatados por el gobierno. Es el caso de las quiebras de bancos e instituciones financieras, donde el Estado ha salido grandemente perjudicado. En el caso de uno de estos bancos, el año 2003 el Estado debió pagar en rescate a ahorristas más de cincuenta y cinco mil Millones de pesos, lo que genero que un millón de dominicanos fueran lanzados a la pobreza, mientras los dueños del banco hoy se pasean libres por el país, algunos indultados.
¿Cuál pesa más, la corrupción pública o la privada? Para mí ambas son perniciosas, altamente tóxicas para el desarrollo del país y en magnitud van iguales. La evasión fiscal del sector comercial-empresarial lo demuestra.
La lucha contra la corrupción y la impunidad que auspicia el “movimiento verde” es pertinente, porque existe una situación de hartazgo social frente al fenómeno de la corrupción, pero no es inteligente que la lucha se enfoque hacia corruptos favoritos. Debe ser contra todos los corruptos, los de ayer y los de hoy, tanto del sector público como privado.
El autor es Profesor UASD.