Por Rubén Moreta
Desde la llegada a la República Dominicana del embajador James Brewster en 2013, la agresión a la soberanía nacional ha sido furiosa y descarada. Este emisario no guardó las formas estilizadas que la diplomacia provee. Siempre anduvo provisto de un látigo para darnos zurras mediáticas de nuestras falencias socioeconómicas , políticas e institucionales.
De forma ríspida, este representante extranjero defendió en el Almuerzo de Acción de Gracias de la Cámara Americana de Comercio el 25 de noviembre del 2015, el “derecho” que tiene de intervenir en asuntos internos dominicanos, y aseguró que quienes critiquen su postura que “nos devuelvan las visas” que otorga su país. El liderazgo político escondió su dignidad y dio la callada por respuesta.
Pero echemos a un lado la figura del embajador. En República Dominicana ya pocos hablan o analizan la odiosa injerencia norteamericana en nuestros asuntos internos, y por eso desde su embajada se vive impugnando groseramente aspectos de su “desagrado” o ponderando las iniciativas que se alinean con sus intereses. Asimismo, de manera abierta en canales de televisión y radio del país se difunden los programas de la Voz de América, el vocero de la política norteamericana. Eso era un grave pecado décadas atrás. Asimismo, el gobierno de los Estados Unidos realiza fisgoneo injerencista en la vida dominicana a través de organizaciones no gubernamentales que ellos patrocinan. Estas ONGs actúan como grupos de presión serviles de su agenda imperial (Participación Ciudadana, FINJUS, Adocco, entre otras).
La administración norteamericana develó en 2015 aprehensiones y hostilidad hacia el Partido de Liberación Dominicana (PLD) con dos declaraciones hechas por el embajador Brewster. En una atípica comparecencia radial en el “Zol de la Mañana” el representante diplomático reveló la preocupación del gobierno que representa en torno al dilatado ejercicio del poder de regímenes prohijados por el Partido de la Liberación Dominicana -PLD-, y se manifestó “partidario de la alternancia en el poder”.
El 6 de noviembre del 2015, el diplomático norteamericano hizo una visita al Procurador General de la Republica de entonces, doctor Francisco Domínguez Brito, para testimoniarle su apoyo “a la lucha contra la corrupción” que ha emprendido el funcionario, indicando que “su gobierno tiene tolerancia cero para la corrupción en cualquier escenario y país del mundo”.
Extrañamente, muchos celebran esta imprudente acción que atenta contra la dignidad nacional y pone de manifiesto la hostilidad de los Estados Unidos, gran dominador del mundo, contra el gobierno de un partido cuyo fundador fue desalojado del poder en el 1963 por un golpe de Estado auspiciado por ese imperio.
Brewster se va el 20 de enero del 2017, pero quedará su legado de pisotear la soberanía nacional
El autor es Periodista y Profesor UASD.