Por Rubén Moreta
-Los pueblos sin líderes empáticos y responsables están condenados irremisiblemente a la decadencia. Es lo que ha ocurrido en el municipio de San Juan de la Maguana, donde la ausencia de un liderazgo responsable y visionario, ha ido consumiendo en la pobreza a la mayoría de la población.
San Juan es hoy una ciudad mortecina, donde la postración de la gente se ha pretendido disimular con muñecos y cherchas. Sus diez años de gobierno municipal representan una etapa de ostensible podredumbre gerencial, improvisación, abulia administrativa y de ausencia de buenas prácticas de transparencia en la gestión municipal.
A su llegada como Alcaldesa Municipal la arquitecta Sánchez se mercadeaba como una figura capaz, exitosa y llena de pasión para enrumbar el municipio de San Juan de la Maguana por senderos de progreso, bienestar y desarrollo. Un decenio después, su labor ha devenido en un gran fraude y desilusión, porque contrario a sus promesas, su período representa la inacción, el clientelismo y el populismo elevados a su máxima expresión.
El Ayuntamiento que ella encabeza funciona como una ridícula agencia de empleos. Otros Alcaldes sanjuaneros –síndicos antes- hicieron más con menos recursos que los que ella ha administrado, que en diez años de ejercicio, superan los dos mil millones de pesos. Ni siquiera una planificación estratégica ha elaborado ni construido una agenda de desarrollo local. Por eso la ciudad y el municipio andan “mangas por hombros”.
En diez años al frente de la Alcaldía de San Juan de la Maguana, la Alcaldesa Hanói Sánchez presenta un resultado improductivo y altamente deficiente, lo cual se evidencia en “falta de transparencia; expectativas rotas; quiebra de la institucionalidad; desatino en la atención de las necesidades comunitarias; desorden, contaminación, pestilencia e insalubridad del Matadero Municipal y las plazas de comercio público (mercados); caos urbanístico; no aplicación del presupuesto participativo; incumplimiento de la Ley 87-01; ausencias prolongadas sin justificación de la ciudad; descuido de la Biblioteca Municipal; falta de apoyo a grupos artísticos y culturales; clausura de la Banda de Música Municipal; falta de un plan estratégico de desarrollo del municipio; existencia de prácticas esclavistas contra trabajadoras que persiguen salarios de dos y tres mil pesos, y el tiro de gracia que la hunde ante la historia: su postración ante el Reino de Canadá, avalando y servilmente promoviendo una explotación de oro dañina para el Valle de San Juan.
San Juan de la Maguana es hoy un municipio hundido en la decadencia. El fracaso evidente de Hanói Sánchez en la dirección del Ayuntamiento Municipal representa un duro revés a las expectativas de los sanjuaneros y sanjuaneras, que anhelábamos un sistemático y técnico ordenamiento del desarrollo municipal, construido a través de la participación y el consenso.
En fin, el decenio de la Honorable Alcaldesa Hanói Sánchez bien puede ser bautizado como la fútil “era de los muñecos”.
El autor es Profesor UASD.