procesal penal, la Policía Nacional ha instaurado la pena de muerte,
acribillando a siete mil hombres en los últimos 15 años en desacreditados
intercambios de disparos.
estratos sociales- celebran este método de exterminio civil.
supuestos delincuentes son un frenesí genocida que impunemente se da a los ojos de todos, y que los liberales
aplauden; los conservadores patrocinan; los izquierdistas vitorean; los
“hombres de sotana” glorifican; los periodistas ovacionan; los ricos estimulan;
los “pequeños burgueses” encomian; la escuela se hace indiferente; las
universidades miran para otro lado; los abogados….se quedan mudos.
sufren la partida violenta e indeseada de un hijo salido a pujos de su vientre.
solo castiga a los estereotipados delincuentes pobres de los barrios y campos
del país. A los delincuentes ricos –que
los hay a montones y son los peores- los protege un sedoso y benigno código
legal, más la complicidad social y la indiferencia de los grandes medios de
comunicación (periódicos, televisión y radio), incluyendo las redes digitales.
que nos retrotrae a la caverna y que retrata la distancia de esta república
caribeña de tener un “Estado social, democrático y de derecho”.
supuesto ladrón de barrio aduciendo que se trató de “un intercambio de disparos”. Nadie investiga esas muertes. Con la fórmula 37 (Tres tiros en el pecho y
siete pies debajo de la tierra) aplicada por la Policía se cierra el expediente.
Y unas horas después los policías siguen
cazando rateros para seguir matándolos y
lograr una pretendida “limpieza social”.