SANTO DOMINGO
Por Bienvenido Scharboy
-Tres reporteros gráficos en plena acción, con los tres equipos mencionados en esta denuncia.
El desarrollo de la tecnología, aunque ha significado avances para la humanidad, también ha traído consigo consecuencias nefastas para el empleo y la mano de obra, pues, en muchas áreas laborales ha provocado una reducción de personal y que el trabajo que antes hacía una determinada cantidad de trabajadores, ahora lo hagan menos, sobre cargados y con el mismo o menor salarios.
Esta situación (explotación) no escapa a la República Dominicana en diversas áreas de la producción; pero quiero en estas líneas, circunscribirme, en el Día Nacional del y la Periodista, a la enorme carga que le han impuestos los ejecutivos y/o jefes de redacción de medios televisivos, a los reporteros gráficos o camarógrafos que laboran en diversos noticiarios de la pantalla chica.
Y aunque no son periodistas, como tales, sin el trabajo que estos realizan sería imposible la labor de los reporteros y reporteras de televisión e incluso ya a muchos de estos compañeros algunos medios televisivos también les asignan realizar el trabajo de los y las periodistas.
De lo que se trata es, y es lo que quiero denunciar, de que hace un tiempo a los reporteros gráficos, además de tener la obligación de cargar con un pesado trípode y una pesada cámara, ahora le han endilgado la obligación de también llevar una mochila con un aparato de transmisión que le llaman LiveU, que permite enviar vídeo y audio desde cualquier lugar con cobertura móvil, y conectada a cualquier cámara, sin necesidad de tener el soporte del satélite.
Esa “mochilita” con todo y el “aparatito”, dependiendo el elegido, pesan entre 30 y 40 libras, que el camarógrafo debe llevar a cuesta. Pero; esto no es todo, a éstas “libritas”, a la carga hay que añadirles las también entre 20, 30 y 40 libras del trípode, y de 20 a 25 libras de la cámara, dependiendo el tipo de baterías que use.
En síntesis, un camarógrafo, como si fuera un burro de carga, ahora lleva en un brazo, la cámara, en el otro el trípode y en la espalda la mochila con el LiveU, lo que podría sumar en el menor de los casos unas 80 libras y máxima 95 libras, que llevan sobre sus cuerpos estos seres humanos, que se mantienen en constante movimientos.
A esto se suma, que con toda la carga, con o sin el trípode los productores les exigen calidad en situaciones extremas y de peligro, como en movilizaciones en las cuales se producen enfrentamientos con la policía, en medio de bombazos y tiros. También en otras actividades en las calles cuya duración oscilan entre una y dos horas, en las que tienen que estar moviéndose constantemente. También en ocasiones tienen que subir y bajar tres, cuatro o cinco pisos por escaleras, si los lugares donde van a cubrir actividades no tienen ascensores o no los pueden utilizar a tiempo, porque son utilizados por muchas personas o están averiados. Otra tarea que tienen algunos extra es la función de chofer, con lo que los medios se economizan el pago de este personal, sin remunerar al camarógrafo que lo sustituye.
En conclusión, hacen todo este trabajo adicional por el mismo mísero salario que oscila entre los RD$10,000, y RD$15,000 y máximo RD$18,000.
Daños a la salud
Un pequeño “sondeíto” entre camarógrafos arrojó que una de las consecuencias de esta pesada carga es que sufren de fuertes dolores en la espalda y le han diagnosticado a algunos serias dolencias en la columna vertebral, que por la asidua labor que realizan, se les agrava más cada día.
Otro daño colateral, y más dañino a la salud, es que el LiveU emite radiaciones electromagnéticas que según publicaciones de especialistas éstas “afectan a las células nerviosas, generando cansancio, insomnio y stress”.
Agregan que “estos efectos son los llamados “efectos no-térmicos”, entre los que están: cefaleas, insomnio, pérdida de memoria, dolor articular, escozor, síntomas claros de stress y nerviosismo, dolor de cabeza, pérdida de reflejos, retardo en la toma de decisiones, pérdidas de memoria, mente en blanco, ruidos y zumbidos de oídos, mareos y vértigo, alteraciones del comportamiento, depresión, ansiedad, cataratas, leucemia infantil, palpitaciones y alteraciones del ritmo cardíaco, enfermedad de Alzheimer, alergias, abortos, malformaciones congénitas y la generación de un cáncer por inducción de mutaciones genéticas o su aceleración en caso de un cáncer preexistente, por alteración de la estabilidad electrónica existente en las células pertinentes”. En síntesis, las radiaciones electromagnéticas producen todos estos males a la salud de las personas.
Periodistas indolentes
No podemos esperar que los ejecutivos de los medios asuman nombrar una persona que ayude a los camarógrafos a cargar uno de estos utensilios pesados de trabajo, aunque debería ser una demanda de las asociaciones que los agrupa.
Sin embargo, apelo a los periodistas a que sean solidarios con sus compañeros de trabajo, mientras tanto, pues, he sido testigo de la indolencia de muchos colegas que se creen “la última Coca Cola del desierto”, como dicen los jóvenes de ahora, que se niegan a ayudar a los camarógrafos con el trípode, y hasta rechazan llevar consigo el micrófono, que es la herramienta de trabajo del reportero o la reportera.
Llamado
La denuncia está hecha tienen la palabra los y las representantes de los reporteros gráficos, que en los últimos días se están moviendo en diferentes proyectos de asociación. La defensa de los intereses colectivos de sus integrantes debe ser su razón de ser y no la búsqueda de dádivas personales.